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Durante las próximas semanas, os queremos explicar como la urgente protección de los bosques más maduros nos ayuda en el avance del cumplimiento de los ODS 3 (Salud y bienestar), ODS 13 (Acción climática), ODS 6 (Agua limpia y saneamiento) y ODS 15 (Vida terrestre).

Ya es evidente que la emergencia climática provocada por la actividad humana conlleva una serie de fenómenos meteorológicos extremos, con periodos largos de sequias y elevadas temperaturas, o episodios de lluvias torrenciales con una intensidad extraordinaria. Cada vez más los ecosistemas se ven desplazados y la desertificación avanza sin tregua.

Un aviso bien reciente fue el temporal Gloria, que causo enormes crecidas de los ríos, inundaciones y procesos de erosión muy intensos, con pérdidas económicas millonarias para el territorio y los entes locales. Precisamente la regulación del régimen hidráulico es uno de los principales servicios ecosistémicos que nos ofrecen los bosques, especialmente aquellos más maduros y naturales.

En la actualidad, nos encontramos en una crisis sanitaria sin precedentes por la pandemia del COVID-19, una enfermedad que, como la mayoría de las que llegan a nosotros por un vector animal, tienen como origen la destrucción de los bosques primarios, la implicación o eliminación de los ecosistemas forestales, y la perdida de diversidad que esto provoca.

Es necesario colaborar concienzudamente en la preservación de los últimos bosques primigenios de nuestro planeta. Como seres humanos, somos los únicos responsables. En esta urgencia, donde existe un amplio consenso internacional, también disponemos inevitablemente de esa legitimidad. Si se desea proteger las ultimas junglas tropicales, deberíamos en primer lugar ser un ejemplo en nuestra tierra.

¿Cómo? Propiciando y preservando en el propio territorio una red de bosques maduros, bien gestionados según la evolución natural, con una mínima intervención para conservar su biodiversidad.

Disponemos de múltiples ejemplos de esta planificación y gestión forestal: la ley forestal alemana determina que en cada länder es necesario que se conserve como bosque maduro un mínimo del 7% de la superficie arbolada, y así lo han hecho: o en el caso de Navarra, donde los proyectos de ordenación forestal han de destinar a unidad protegidas al menos en un 5%. También bien cerca nuestro, y seguramente el caso más paradigmático, lo tiene la republica de Italia, con un medio físico y una socioeconomía realmente parecidas a la catalana, ya tiene eficientemente protegido el 20% de la masa forestal.

CONTINUARÁ

¡LLAMAMOS A LA IMPLICACÓN!

Tanto si sois empresa como particular, no dudéis en poneros en contacto con nosotros a través de info@selvans.ong.

Os ofrecemos la oportunidad de desplegar vuestra responsabilidad social y corporativa protegiendo un legado natural extraordinario para las siguientes generaciones, apoyando un proyecto tangible, cercano, actual y con gran proyección comunicativa. 

Con cada aportación de 2.500 euros preservamos, durante un plazo de 25 años, 10.000 m2 = 1 hectárea de bosque del mayor valor ecológico y en riesgo de ser talado. Idóneamenteestablecemos contractos de protección con la propiedad forestal a partir de las 5 hectáreas, que equivalen a una compensación por los derechos de talar por un valor de 12.500 euros. Con la operación se garantiza una provisión de los múltiples e importantísimos servicios ecosistémicos que estos bosques centenarios aportan a la sociedad, al territorio y a la economía. Se trata de una acción practica y urgente, para avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos para el desarrollo sostenible siguientes: ODS 15 (Vida terrestre), ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), ODS 3 (Salud y bienestar) y ODS 13 (Acción climática), como bien os detallamos a continuación. 

El reto que os proponemos es la configuración de reservas forestales de un mínimo de 25 hectáreas, en un proyecto que se puede implementar como una colaboración plurianual. La gran mayoría de estos bosques han de conservarse en armonía con la naturaleza, sin promoción de actividad humana alguna. 

En algunos de ellos, no obstante, donde se dan las condiciones adecuadas, os ofrecemos la implementación de itinerarios forestales con función terapéutica, como motores de desarrollo rural y espacios de reconexión de las personas con un ecosistema excepcional. Generamos así, una infraestructura verde fundamental para el país, y un nuevo servicio de salud y bienestar.